sábado, diciembre 17, 2005

¿Ciencia ficción... o ciencia simplemente?


A lo largo de nuestra historia, la ciencia ficción, que ha sido plasmada en el papel por brillantes escritores y transportada a la gran pantalla por magníficos directores de cine, se ha intentado reproducir en nuestra sociedad. Mentes preclaras de la antigüedad como el escritor Julio Verne, apostaron en sus obras por viajes a La Luna en naves espaciales, viajes al centro de La Tierra, transplantes de órganos, o hablaron de televisores y de extraños aparatos electrónicos de toda índole. Y todo ello sin haber visto ninguno en vida, puesto que, por entonces, no existían.

Los humanos, hemos conseguido crear, años después, aviones, todo tipo de aparatos electrónicos como móviles u ordenadores, hemos llegado a La Luna o enviado sondas a cualquier parte de nuestro sistema solar, e incluso, recientes estudios avalan la posibilidad de que podamos modificar nuestro propio ADN. Lo realmente sorprendente es que gran parte de todos estos descubrimientos han tenido una base común. La ciencia ficción.

En esta breve introducción hemos pasado por alto una de las grandes invenciones con las que, desde hace siglos, hemos fantaseado e intentado construir los humanos. Los Robots.

Tras largos años de estudio de la Robótica y los esfuerzos de numerosas mentes pensantes por llevar a la realidad lo que fueran, en un pasado, alucinaciones fantasiosas y absurdas de célebres escritores y demás futuristas descerebrados, a día de hoy, el estudio de esta ciencia, que fuera considerada ficción tiempo atrás, está llegando a su punto álgido, y la creación y convivencia con estos androides anunciados desde mucho tiempo atrás, parece inminente, aunque a muchos escépticos les parezca irrisorio.

Recientemente, como de forma metódica anunció "EL País", la compañía japonesa Honda ha presentado la nueva generación de androides Asimo. El robot, desarrollado por Honda desde hace cinco años, aprendía a correr y evitar obstáculos hace ahora un año. Actualmente, la compañía nipona dice que su androide está preparado para trabajar en una oficina, ya sea recibiendo a las visitas o sirviendo refrescos a los empleados. La segunda generación de estos autómatas además les habilita para empujar un carro de 10 Kg. de peso mientras avanzan erguidos hacia adelante o hacia los lados. Estos alucinantes "humanos mecánicos" son, por si era poco, completamente capaces de llevar una bandeja a una mesa y servir cualquier tipo de bebidas. La nueva versión de Asimo es mucho más flexible y precisa e inclusive puede correr a una velocidad de 6 Km/h.

Asimo, como se mostró en el video de presentación, es completamente capaz de dirigirse a un invitado por su nombre y guiarle hasta su destino, siempre y cuando el visitante lleve una tarjeta identificativa, que sería un cirtuito integrado, con lo que el androide le podría reconocer y tratarle personalemnte. De la misma forma, estas tarjetas se podrían utilizar para dar diferentes instrucciones al robot, que gracias a sus sensores, muy avanzados, y a sus complejos sistemas de reconocimiento de voz e imágenes, entre otras tecnologías, logra realizar toda esta cantidad de acciones de forma completamente autosuficiente.


Pero no es Asimo el único androide que existe hoy por hoy, pues en la feria internacional de la robótica IREX, celebrada en Japón, se han presentado dos asombrosos androides cuyas prestaciones dejarían boquiabiertos a más de uno. Se tratan de Sora y Saya, y son los dos primeros seres metálicos que presumen de realizar trabajos de recepción (hoteles, congresos...). El primero funciona como un mostrador de información. Escanea tarjetas de visita y, si se le ordena, puede sacar fotografías o videos y posteriormente enviarlos por e-mail. En cambio, Saya, posee cualidades mas sorprendentes si cabe, pues, además de responder con claridad a las preguntas del visitante, su rostro, realizado con silicona, es capaz de gesticular, gracias a 18 puntos móviles situados en su cara artificial, mostrando, gracias a ellos, alegría, sorpresa, repugnancia, tristeza, ira y miedo, como se puede apreciar en la imagen.

En caso de que el escepticismo aún siga en pie, tal vez T-Rot sea un buen aliciente para dejarlo caer. Este compañero metálico es un "barman" coreano capaz de entablar conversaciones con los clientes y traerles bebidas, cosa que logran gracias a los sensores de sus manos, que permiten determinar el peso del elemento que poseen para así aplicar la fuerza adecuada.

En definitiva, tal vez sea conveniente que hagamos una reflexión acerca de la situación en la que estamos y la coincidencia que existe con la descrita en las obras de aquellos escritores con mentes preclaras, donde describían un futuro muy similar al presente que hoy vivimos o a un futuro próximo, y que tan duramente fueron criticados en su tiempo.

Solo nos cabe desear que nuestra historia no acabe como sucede en estos guiones futuristas como son "El Planeta de los Simios", "Yo Robot" o muchas otras narraciones y filmaciones futuristas donde, por desgracia, el ser humano acaba o bien extinguido por luchas internas, donde juegan un gran papel los avances tecnológicos o bien bajo el dominio de los sofisticados seres mecánicos que tanto nos esforzamos en crear y que una vez perfeccionados y dotados de grandes cualidades, conseguidas con la perseverancia de nuestra raza, como la inteligencia, los hacemos capaces de razonar por si mismos, e incluso les ofrecemos una clara superioridad a nosotros. Es entonces cuando muestran la gran lección aprendida de nosotros, sus creadores, que siempre quisimos imponer nuestra superioridad a todo aquel que, por cualquier tipo de desventaja no consiguiera hacernos frente y que, por una vez, seríamos los perjudicados, soportando la dulce venganza de la naturaleza, aplicándola mediante las frías y metálicas manos de nuestras propias creaciones.

1 Comentarios:

At 8:40 p. m., Anonymous Anónimo said...

Mírate la web de Miguev :D, habla de un artículo parecido al tuyo.

 

Publicar un comentario

<< Home